martes, 28 de octubre de 2008

Lo que quisiera ser

Domingo Zerpa

Aspiro a ser muy poco, casi nada;
casi nada, Señor;
vivir en una choza abandonada;
en el hondo rincón de una quebrada,
como vive el pastor.

Levantarme temprano, cuando baña
el rocio, la flor,
escalar lentamente la montaña,
mirar desde la cumbre mi cabaña
perdida en el verdor.

Después llevar mis cabras por el monte,
por los toscos airampos;
dominar con la vista el horizonte
de los oscuros campos.

Descender por las faldas a mi choza,
ya cerca la oración;
mientras muere la tarde vaporosa,
con su tenue fulgor azul y rosa...
¡Que lindo es ser pastor!

Aspiro a ser muy poco, casi nada,
casi nada, Señor;
vivir humildemente en la quebrada
y morir como muere en la alborada
el cáliz de una flor.

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