viernes, 23 de septiembre de 2011

Setiembre

Germán Walter Choque Vilca

Se alzó setiembre en un senil agosto
por la amplitud termal de las colmenas
y un latido de savia voluptuosa
palpitó en el letargo de las hembras.

El calor espiral de los estambres
subió a los labios como sangre espesa.
Era un impulso por tener las nubes
en el diástole largo de las venas.

En mi país el sol del duraznero
detrás del cáliz inundo la espera,
parecía un crisol de turmalinas
suspendido en los tallos de la hierba.

En tu país, muchacha de mi asombro,
volvió el ceibo a encenderte las hogueras.
El lapacho era un tálamo entreabierto,
un relámpago azul tu adolescencia.

La luna blanca, navío de tus sueños,
hoy zarpó del añil de tus ojeras
hacia un puerto de insomnios infinitos
con un ángel marino en sus banderas.

¿No sabes tú que al despuntar el día
te estarán esperando los poetas
para ungir con el nombre de setiembre
tu floral gestación de madreselva?

¿No sabes tú que, por buscar tu nombre,
me olvidé del otoño y de mi siembra?